La diabetes, una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, puede tener un profundo impacto en la salud sexual más allá de los niveles de glucosa en sangre. Comprender la relación entre la diabetes y la salud sexual es esencial para gestionar estos problemas, mejorar el bienestar general y potenciar las relaciones íntimas.
La diabetes es una enfermedad crónica común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque se sabe mucho sobre sus efectos en los niveles de glucosa en sangre, el control del peso y la salud cardiovascular, a menudo se habla menos de los efectos de la diabetes en la salud sexual. Sin embargo, estos efectos son significativos y pueden influir tanto en hombres como en mujeres de diferentes maneras. Tanto los hombres como las mujeres con diabetes pueden enfrentarse a problemas como la disminución de la libido, la disfunción eréctil o la sequedad vaginal, a menudo debido a los efectos de la enfermedad sobre el flujo sanguíneo, la función nerviosa y el equilibrio hormonal. Comprender esta relación es crucial para gestionar los retos que la diabetes puede plantear a la salud sexual, mejorando así la calidad de vida en general y las relaciones íntimas.
Cualquier etapa en la que dividamos la respuesta sexual puede dar lugar a una disfunción sexual. Volvamos a la división establecida por Masters y Johnson[1], que ha llegado hasta nuestros días con algunas modificaciones, y que define tres etapas en la respuesta sexual fisiológica: excitación, orgasmo y resolución, utilizando una división simple y lineal. Si añadimos la fase del deseo, que puede producirse en cualquier momento y que de alguna manera favorece el impulso sexual, tenemos todos los aspectos que pueden ser modificados por la diabetes desde una perspectiva fisiológica.
Las afecciones médicas pueden alterar el deseo sexual de formas distintas a las puramente físicas. Cuando a una persona se le diagnostica una enfermedad, su imagen corporal puede verse alterada en función de su personalidad y de las creencias preexistentes sobre la enfermedad y la idea de “estar enfermo”. Como la baja autoestima puede provocar sentimientos de miedo al rechazo, las personas tienden a evitar circunstancias que requieren un contacto físico o sensual por pura precaución. La falta de deseo es el resultado de estos sentimientos y de la evitación inconsciente tanto del paciente como de su pareja, que no habitualmente saben cómo comportarse adecuadamente en situaciones sexuales.
Antes de recibir un diagnóstico médico, debe comentar con su médico cualquier preocupación que tenga sobre su sexualidad. Esto le dará la oportunidad de aprender más sobre el impacto potencial de la enfermedad en su sexualidad y le ayudará a evitar miedos irracionales. También le permitirá poner sobre la mesa un tema que debe discutirse en pareja.
La diabetes puede afectar a la salud sexual a través de varios mecanismos, relacionados principalmente con el flujo sanguíneo, la función nerviosa y los niveles hormonales.
Otro factor que influye en el deseo sexual y que no es puramente físico es el cambio de ritmo de vida que puede provocar una enfermedad. Esto suele ocurrir cuando las enfermedades crónicas se diagnostican por primera vez antes de hacer ningún cambio, o cuando surgen obstáculos que desvían la atención de cosas más significativas. Un proceso crónico en curso, como la diabetes, puede requerir que las parejas adopten un enfoque sexual más especializado para proporcionar recursos de adaptación y prevención.
El bajo deseo puede estar causado por dificultades de excitación. En las personas con diabetes, especialmente en las que tienen la enfermedad mal controlada o con complicaciones, los procesos fisiológicos para la estimulación sexual están más deteriorados que en las personas sanas. En los hombres, la atención se centra en la erección, mientras que en las mujeres el principal problema es la pérdida de lubricación en respuesta a la estimulación sexual.
En respuesta a estímulos nerviosos excitantes, el tejido vascular del pene se dilata y se llena de sangre, dando lugar a una erección. El estímulo, la neurotransmisión, la salud y la función de los vasos sanguíneos deben ser suficientes para que esto funcione correctamente. Sin embargo, una vez que los niveles de azúcar en sangre están bajo control, los problemas suelen desaparecer si no hay otros factores que contribuyan a ello (como hipertensión, tabaquismo, tener más de 45-50 años o tomar medicación simultáneamente, etc.).
A pesar de estos retos, existen muchas estrategias para ayudar a gestionar las dificultades de salud sexual asociadas a la diabetes. Estas estrategias suelen implicar una combinación de tratamiento médico, cambios en el estilo de vida y comunicación abierta.
Cuando se trata de disfunción eréctil relacionada con la diabetes, los medicamentos genéricos para la disfunción eréctil como Kamagra pueden utilizarse a menudo para tratar la afección de forma rápida y eficaz. Kamagra, de Ajanta Pharma, ha sido el medicamento para la disfunción eréctil más popular del mundo desde su introducción en 2003.
La diabetes puede tener un impacto significativo en la salud sexual, pero comprender la relación entre ambas puede ayudar a las personas a gestionar estos retos de forma eficaz. Manteniendo un buen control de la glucemia, adoptando un estilo de vida saludable, buscando el tratamiento médico adecuado y manteniendo una comunicación abierta, las personas con diabetes pueden tener una vida sexual plena y satisfactoria. Recuerde que la salud sexual es un aspecto importante del bienestar general, y abordar estas cuestiones es esencial para llevar una vida sana y feliz.
El tratamiento de estos problemas puede ser más difícil si la diabetes es de larga duración y/o tiene consecuencias neurológicas o vasculares, además de otros problemas, como la dificultad para alcanzar el orgasmo en cualquiera de los dos sexos. Recuerde siempre que la mejor manera de que las personas con diabetes mantengan una vida sexual plena y placentera es tener un control metabólico adecuado y tomar medidas de actuación/prevención en caso de dificultades.
Consulte siempre a un profesional sanitario si tiene alguna duda sobre la disfunción eréctil y la diabetes.
|
|
|