Además, los daños en el tejido eréctil pueden ser la causa de la disfunción eréctil [4]. Los trastornos de un solo factor, pero también la combinación de distintos factores, pueden limitar o anular la capacidad de tener una erección. Los estudios de años anteriores que situaban la proporción de disfunciones eréctiles causadas por factores psicógenos entre el 85-90 % de los casos [5] deben corregirse en la actualidad, ya que diversos autores afirman que la proporción de causas orgánicas primarias oscila entre el 30 y el 85 %, de las cuales las causas vasculares serían la causa del 50-80 % de los casos [2, 6]. La disfunción eréctil vascular puede estar causada por las arterias o por el sistema venoso.
Fig. 1.6. Factores esenciales que influyen en la erección
En las causas vasculo-arteriales, existe una reducción del flujo arterial debido a procesos arterioscleróticos o angiopatías congénitas o adquiridas. Los pacientes con disfunción eréctil vasculonerviosa muestran un aumento del flujo venoso de salida del cuerpo cavernoso, cuyo sustrato patológico-anatómico sigue sin estar claro. Pueden esperarse alteraciones neurogénicas en hasta el 10 % [6] de los pacientes y suelen encontrarse clínicamente en las neuropatías diabéticas. Debe tenerse en cuenta que las neuropatías vegetativas son insuficientemente diagnosticables, por lo que difícilmente puede determinarse con exactitud la proporción exacta de causas neurogénicas.
La disfunción eréctil inducida hormonalmente, que es relativamente rara clínicamente (hasta alrededor del 5 % de los pacientes), se basa en la deficiencia de testosterona o en la hiperprolactinemia. La disfunción eréctil inducida de forma iatrogénica, como la que se encuentra tras la cirugía radical en la región pélvica, suele deberse a daños en las estructuras nerviosas o a una lesión de los vasos acompañantes. La intoxicación crónica por alcohol, drogas o toxinas industriales (plomo, hidrocarburos) también puede causar disfunción eréctil [3]. Numerosos productos farmacéuticos pueden alterar el comportamiento sexual humano y provocar trastornos de la libido, la erección y la eyaculación. Se trata sobre todo de fármacos que tienen objetivos nerviosos centrales, afectan al sistema nervioso autónomo, interfieren en la regulación de las hormonas sexuales o reducen el flujo sanguíneo periférico. En particular, se sabe que las hormonas sexuales y los fármacos con efectos similares a las hormonas sexuales, los fármacos psicotrópicos y los antihipertensivos causan disfunción eréctil (Tabla 1.2).
Con todos los trastornos orgánicos, siempre hay que tener en cuenta que una disfunción eréctil principalmente orgánica puede, con el tiempo, provocar un psicotrauma secundario (miedo al fracaso) y, por tanto, un círculo vicioso de disfunción sexual. El elevado número de anomalías psicopatológicas pronunciadas incluso en pacientes con trastornos orgánicos primarios apunta a la necesidad de una visión psicosomática de la disfunción eréctil [1], que puede hacer necesaria la participación de un psiquiatra incluso en casos de organogénesis clara para garantizar el éxito de la terapia.
Tabla 1.2. Fármacos que influyen negativamente en la erección.
Estimulación de la prolactina:
Efectos nerviosos centrales:
Efectos:
Antihipertensivos:
Otros:
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